La salsa holandesa tiene una preparación de un alto grado de dificultad, pertenece a las Salsas Madres y tiene origen francés aunque su nombre haga referencia al origen neerlandés.
Aquí las dos maneras de hacer esta salsa, la primera es la clásica y la segunda la forma fácil de prepararla, también llamada moderna. Ambas usan los mismos ingredientes, que son:
2 yemas de huevo
2 cucharaditas de jugo de limón
250 gr de mantequilla clarificada
Sal y pimienta
Preparación clásica:
Diluir las yemas de huevo limpias (sin restos de clara) en agua fría,
batir sobre fuego al baño María, hasta el punto en donde consigues una
crema espumosa y espesa, que llega a doblar su volumen.
Agrega la mantequilla previamente tibia y clarificada, poco a poco sin dejar de batir.
Luego colócale una pizca de sal, pimienta y las dos cucharaditas de jugo de limón, mezcla de forma envolvente.
La salsa holandesa debe de tener una consistencia espumosa, por ello se
mantiene en baño María hasta su uso ya que es muy inestable.
Preparación moderna y fácil:
En una licuadora, combina las yemas de huevo con el jugo de limón. Tapa y mezcla durante unos 5 segundos.
Coloca la mantequilla en un bowl apto para microondas. Derrete la
mantequilla por 40 segundos a 60% potencia, verificando que no se queme.
En la licuadora a velocidad alta, vierte la mantequilla, se va a
espesar casi de inmediato. Manten la salsa caliente ya sea en una olla a
fuego bien bajito o servir inmediatamente.